(foto: carlos silva)
***
Faro, vendaval de rompientes,
espuma que ciñe el aire
y vuelve encaje el oceáno,
eres luz derrochada
en el ojo de la sombra,
martirio solitario del agua,
babel blanca de olas
donde duerme la esperanza.
Norte, sur, este y oeste,
tu mirada poderosa atraviesa
la rosa de los vientos
y enhebra el éter
a los cuatro puntos cardinales.
Faro, largo abanico de luz
que, en la noche oscura,
conquista el horizonte,
dios y señor de los arrecifes
que alegra la soledad de la vela
y circunda la tierra,
eres algo así
como un sueño de piedra
que late en las venas,
carnaval nocturno
que se viste de estrella.
espuma que ciñe el aire
y vuelve encaje el oceáno,
eres luz derrochada
en el ojo de la sombra,
martirio solitario del agua,
babel blanca de olas
donde duerme la esperanza.
Norte, sur, este y oeste,
tu mirada poderosa atraviesa
la rosa de los vientos
y enhebra el éter
a los cuatro puntos cardinales.
Faro, largo abanico de luz
que, en la noche oscura,
conquista el horizonte,
dios y señor de los arrecifes
que alegra la soledad de la vela
y circunda la tierra,
eres algo así
como un sueño de piedra
que late en las venas,
carnaval nocturno
que se viste de estrella.
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Fernando Luis Pérez Poza
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